Abandonados por sus dueños, o extraviados, unas decenas de gatos se han ido instalando en el Botánico desde hace más de un año. Gracias al control veterinario de los gatos por parte de las autoridades municipales, los visitantes, las plantas y las instalaciones del Real Jardín Botánico dejarán de sufrir los inconvenientes de todo tipo que la proliferación incontrolada de los gatos estaba provocando.
El Real Jardín Botánico es un Jardín Histórico, un museo de plantas vivas (algunas en peligro de extinción), por lo que no parece el mejor lugar para el asentamiento de animales asilvestrados y sin ningún control sanitario, que han causado daños a varios ejemplares y en varias plantaciones del Botánico. El Real Jardín Botánico recibe cada año a casi 50.000 escolares que vienen a aprender ciencia, y a más de 450.000 personas que pasean por sus instalaciones y amplían sus conocimientos de Botánica. En los últimos meses ha habido que registrar algunos incidentes desagradables como consecuencia de la plaga de gatos. El Real Jardín Botánico es, además, lugar de descanso y anidación de varias especies de aves migratorias, y sus árboles centenarios sirven de cobijo a varias familias de ardillas, cuyas crías han muerto esta primavera por ataques de los gatos.
Recordamos a nuestros visitantes que no está permitido dejar en el Botánico utensilios con alimento para los gatos, por obvias razones de salud e higiene.