La flora del Neotrópico debe su gran biodiversidad al levantamiento de la cordillera de los Andes

Así lo demuestra el estudio que acaba de publicar el equipo dirigido por la investigadora del CSIC en el Real Jardín Botánico, Isabel Sanmartín, en la prestigiosa “Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America” (PNAS)

Madrid, 27 de mayo de 2009

La investigadora del Real Jardín Botánico, CSIC, Isabel Sanmartín, ha dirigido el equipo integrado por científicos de las Universidades de Gotemburgo y Estocolmo (Alexandre Antonelli, Johan A. A. Nylander y Claes Persson), que ha publicado este artículo de acceso libre en Internet, en la revista científica PNAS.

En  ninguna otra región de la Tierra existen tantas especies de plantas y animales como en la Región Neotropical. Por ejemplo, un tercio de todas las plantas con flores se encuentran en esta región, que incluye América del Sur, Centroamérica, y el Caribe. El Neotrópico o región neotropical incluye los  bosques húmedos tropicales más grandes del planeta, unas de las reservas más importantes de biodiversidad en la Tierra.

Tradicionalmente se ha explicado esta riqueza biológica en términos de factores ecológicos como una mayor tasa de luminosidad, temperatura, y humedad que habrían favorecido la diversificación biológica. Recientemente, sin embargo, se han propuesto explicaciones más integradoras, que, junto a los factores ecológicos, intentan explicar la riqueza de esta región en términos históricos o evolutivos: para poder entender cómo se formó la diversidad biológica de una región es necesario conocer la historia evolutiva de los linajes que la forman.

Algunas investigaciones recientes han destacado el papel clave jugado por el levantamiento de la Cordillera de los Andes en la extraordinaria diversificación de la Flora Neotropical. Estos estudios, sin embargo, consideraban la influencia de la elevación de como un episodio singular en el tiempo, generalmente asociado con la etapa final del levantamiento (10-3 Millones de años), que habría favorecido la diversificación de linajes de plantas de alta montaña. Esto contrasta con las reconstrucciones geológicas, que muestran una historia más compleja con distintas fases de levantamiento de oeste a este, que afectaron a distintas regiones en períodos distintos. En el estudio, ahora publicado en PNAS, el equipo de científicos hispano-sueco utilizó secuencias de ADN en combinación con métodos de inferencia filogenética, datación molecular, y reconstrucción biogeográfica, así como fuentes de información geológica, paleontológica, e hidrológica para reconstruir la influencia de los Andes en la evolución espacio-temporal de la flora neotropical, utilizando a la familia Rubiaceae (la familia de plantas que incluye el café y la quina) como grupo modelo. Esta familia es de distribución cosmopolita pero su mayor diversidad se encuentra en los trópicos, desde los hábitats montañosos de los Andes y Guayana a los valles y llanuras de la Cuenca Amazónica y Centro América.

Los resultados publicados sugieren que la familia Rubiaceae se originó en la Región Paleotropical y que utilizó la conexión “boreotropical” y el levantamiento de los Andes del Norte para alcanzar Sudamérica. También demuestran la existencia de una barrera geográfica a la altura del Sur de Ecuador, denominada “Portal Occidental de los Andes”, que habría impedido la migración de linajes andinos entre los Andes del Norte y los Andes Centrales durante la mayor parte del Terciario (50-13 Millones de años). El levantamiento de la Cordillera oriental de los Andes centrales habría cerrado esta barrera, permitiendo la dispersión hacia el sur de linajes de plantas boreotropicales, como Rubiaceae, pero dio lugar a la formación en la cuenca occidental amazónica de un enorme sistema lacustre, el “Lago Pebas” (aproximadamente 1 millón de km2). Este sistema de lagos y marismas constituyó una nueva y efectiva barrera geográfica, que reforzó el aislamiento entre los linajes andinos al oeste y la llanura amazónica al este. El levantamiento final de la Cordillera Oriental de los Andes del Norte a finales del Terciario posibilitó el cierre del Lago Pebas, permitiendo la migración e intercambio biótico entre linajes andinos y amazónicos, así como una rápida diversificación en la cuenca occidental amazónica, una de las regiones con mayor tasa de endemismo. Esta es la primera vez que se ha logrado asociar el papel jugado por estos acontecimientos geológicos en la evolución de un linaje de plantas.

El artículo se puede consultar en:

http://www.pnas.org/content/early/2009/05/22/0811421106.full.pdf+html

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