Consiste en el estudio de cinco plantas endémicas de la Península Ibérica y Baleares "En Peligro Crítico" de extinción. Estas plantas son las que presentan mayor urgencia de conservación de la flora española por tratarse de los últimos representantes vivos de sus géneros y linajes. Por ello, son las únicas que a priori pueden considerarse verdaderos fósiles vivientes.